El triunfo de los románticos

En tiempo libre, el nivel de satisfacción de los chicos y la calidad de las propuestas se mide en los espacios muertos: los quince minutos previos a la comida, la cena...

Esos momentos de "tiempo libre" dentro del tiempo libre donde los chavales compensan las experiencias vividas: alejarse de los monitores si el trato no es bueno, comer en las tiendas si no están contentos con la cocina, buscar un rincón escondido si se sienten con poca libertad...

Los nuestros se concentran en la puerta del comedor donde se genera un divertido escenario de juegos espontáneos con los monitores. Una fiesta improvisada que, contemplada desde la distancia, genera un nivel de satisfacción por el trabajo realizado que es alabanza a Dios.

Instantes mágicos que dan sentido a la tarea de educación en el tiempo libre. Y que permiten contemplar la fuerza imparable de estas actividades. Hace veinte años que contemplo estas escenas. Aquella generación del spectrum 128ks no podía ni intuir lo que podrían significar inventos como la play, los parques temáticos, los ipads o los iphones...

Y, en medio de tantos cambios, realidades inalterables.

Entonces como ahora, como dentro de otros veinte cuando tengamos otras maquinarias, no habrá invento capaz de competir contra el juego creativo, el que solo necesita de las ganas de vivir y celebrar y de encontrarse con el otro a través del lenguaje lúdico.

El tiempo libre educativo, es un coto reservado para los románticos e inconformistas. Para los que sueñan con realidades eutópicas. Para los que no vinculan la felicidad a realidades materiales sino a experiencias de disfrute que se logran sin móvil, televisión o las maquinarias que seamos capaces de crear. "Creadores de ilusiones" llamamos a nuestros monitores en nuestro proyecto educativo.

El niño que no juega, o tiene una espina en el pie o la tiene en el corazón. Y bajo ese lema invertimos las fuerzas necesarias para que nuestros chicos no olviden nunca que con muy poco se puede transformas la realidad. Hoy lo es con unos palos, música y las ganas de jugar. Ojalá mañana con actitudes que construyan un futuro mejor.

En los quince minutos previos, este año están triunfando "el calienta manos", el "ninja-game", "la comba", "la batuka", "el juego del vaso", "las palmas" y el encantador baile torpe de quienes no nacieron con dotes para la danza.

Por eso los monitores nos sentimos orgullosos. Estos juegos en los quince minutos previos, son nuestro triunfo. Un año más, ninguna empresa fue capaz de vencer nuestra capacidad de que la creatividad sea el cauce de su crecimiento.